Ya dormía la tarde entre las colinas cuando te descubrí tan hermosa paseando junto al río.
La lunita asomaba en el horizonte mientras yo miraba tus alas blancas que te cuidaban del frío.
Vi tus dulces ojos y sentí que en ellos se reflejaban los míos.
Caminantes que desde la infinidad han jugado juntos como los mejores amigos...
Encuentro de dos almas enamoradas que siempre se han conocido...
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