Por pequeño que sea un detalle, todo se multiplica cuando regalas amor desde el corazón y lo compartes.
Como suaves olas de mares en calma puedes repartir semillas de paz que crean vida y se expanden.
Igual que la tierna brisa del amanecer, puedes llegar a muchos seres con tus palabras de cariño, con tu mirada sencilla y con tus manos que ofrecen luz en todas partes.
Dedica tu atención sincera en los días de sol y las noches oscuras, en las mañanas de niebla densa y en el colorido despliegue de brillos al caer la tarde.
Comparte y crece cada instante al son de músicas y canciones de alegría, bailando en la hierba, caminando por los bosques y repartiendo la bella energía que nace de la naturaleza eterna y amable.
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