Indaga dentro de ti para conocer todas tus facetas, para reconocer tus luces y tus sombras, para aceptar todo lo que eres, y todo lo que te habita.
Contempla tu parte humana y tu esencia divina que conviven en perfecta armonía, y fluye con tu entramado de vida infinita.
Todo forma parte de la gran fotografía de tu existencia, con cualidades a desarrollar y obstáculos para superar, hasta encontrar la armonía.
Cada aspecto y cada matiz es una enseñanza en tu camino, y cuando aceptas sin resistencias la vida crece y se vuelve más luminosa cada día.
No huyas de tus zonas menos luminosas, pues son el puente hacia tu evolución y te ayudan a encontrarte y recuperar todas tus facultades que creías perdidas.
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