En esta realidad que experimentamos hay ocasiones en las que el brillo y la luz pura y eterna parecen esconderse detrás de mil brumas y velos.
Se trata entonces de hacer desvanecer suavemente y con todo nuestro amor esos obstáculo que nos dificultan tocar el cielo.
La luz siempre está, como el sol que brilla continuamente incluso en las noches oscuras y en los los días grises de nieblas y aguaceros.
Deja caer dulcemente las máscaras, los programas mentales caducos, las viejas historias... y deja que brote con fuerza lo nuevo.
Tu Ser volverá a iluminar con dulzura y alegría infinita tu corazón, tu alma y cada célula de tu cuerpo.
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