La vida, la existencia, es como un hermoso camino, sin principio ni final... Es infinito.
Siempre me han gustado los caminos de tierra, los que se pierden en la lejanía, con sus curvas retorcidas y sus plácidas rectas, con cuestas empinadas y bajadas irresistibles... y con sus piedras... He tropezado muchas veces en ellas y a pesar de ello, han sido preciosas lecciones. Hay senderos con baches y charcos que a veces pueden resultar incómodos, o que podemos atravesar como un juego. Existen caminos que a veces están embarrados y otras veces llenos de polvo, y algunos caminos rodeados de hermosos árboles, de rocas pequeñas y grandes, plantas de todo tipo y animalitos divertidos. A veces el camino se bifurca o encontramos diversas sendas que nos hacen dudar. Hay senderos estrechos pero hermosos y otros amplios y confortables. ¡Hay muchos y todos pueden ser bonitos y divertidos! Es difícil aburrirse paseando un bonito camino.
Aunque a veces tus paseos pueden parecer solitarios, siempre acabas por cruzarte con otras personitas. Es curioso, ¿verdad? A mi siempre me gusta saludar, y también es bonito sonreír. En los caminos siempre puedes ir a tu ritmo. Puedes pararte a observar algo bonito. Hay tanto para ver... Incluso puedes hacer fotos de cosas a las que nunca habías prestado atención. Hay infinitos detalles a tu alrededor. Si te apetece puedes ponerte a correr y sentir tu cuerpo y tu respiración. Respirar de manera consciente es muy importante. Puedes tocar la tierra con tus pies, con tus manos... sentarte sobre ella y sentir su energía. También puedes pararte cerca de un arroyo, mojar tus manos y sentir como el agua fluye. Fluir... El agua siempre lo hace y no se resiste a nada. Si observas con atención, verás numerosos maestros a tu alrededor. Cada detalle es un pequeño maestro que te invita a sentirte. ¿Todo esto no te recuerda a tu vida, a tu existencia? La existencia es así, con sus curvas y rectas, subidas y bajadas, encuentros y despedidas, baches y zonas plácidas.. Y siempre con cosas hermosas para observar.
¿Y te has parado a pensar que sólo puedes estar en un lugar del camino en cada momento?. Ese es tu eterno presente. Siempre está ahí, contigo. El presente puede ser tu mejor amigo. Si estás en el presente puedes disfrutar de todo lo que te rodea. Si tu mente te lleva a otro lugar del camino, si quieres llegar a un lugar o volver atrás, te puedes perder muchas cosas. Pero lo bueno es que tú puedes elegir siempre.
Y este camino es eterno, como la existencia...Está siempre presente para que tú pongas tus pasos. Si te apetece podemos dar un paseo por un hermoso camino. Si tú quieres podemos hablar, pero no es necesario. Es bonito observar y sentir. En realidad tú eres al mismo tiempo el caminante y el camino. Todo está dentro de ti... Todo lo sientes en tu interior. ¿Vienes?
Muy hermoso ..Es hacer una reflexión de uno mismo y sumergirse en lo interior para limpiar esos baches y charcos que enuncian nuestra Alma.