Podríamos investigar y leer multitud de libros sobre la consciencia y temas similares. Si así lo decides será perfecto.
Está reflexión es sencilla. Ser consciente es sobre todo “darse cuenta” y situarse en el momento presente. Eres consciente cuando prestas atención en cada momento a lo que percibes en tu interior y a tu alrededor.
La consciencia es el “observador” que percibe y se da cuenta de lo que ocurre. La consciencia está muy cerca de tu esencia, de tu Ser. Las cosas cambian en nosotros y a nuestro alrededor, pero este observador consciente está siempre.
Tú eres esa consciencia que percibe, que observa. Por eso, cuando prestas atención al momento presente te haces más consciente y te sitúas cerca de tu esencia. La realidad se ve diferente.
Todo lo que percibes es tu consciencia reflejada. Por ejemplo, eres consciente de un árbol, de una piedra... de tus pensamientos y emociones...Eres consciente de todo ello y de alguna manera te haces uno con esa realidad.
Cuando atiendes de manera consciente y dejas el ajetreo de tu mente puedes encontrar más paz en tu interior. Te conectas con tu consciencia y al mismo tiempo con todo lo que percibes. Te sientes unido a la existencia y todo se convierte en Unidad.
También es bueno ser conscientes de nosotros mismos, de nuestro cuerpo, pensamientos y emociones. Podemos prestar atención a todo ello y conocernos, incluso cambiar lo que sea oportuno. Sé consciente de ti, acéptate, ámate y si lo deseas, cambia.
No es necesario pensar o divagar demasiado con todo esto. La mente trata de buscar siempre explicaciones. Sólo necesitas prestar atención, ser consciente del momento presente. Tan sencillo como observar con detenimiento lo maravilloso de una flor y sentir. Sólo intenta ser consciente del momento presente.
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