Hay pequeños y grandes seres que iluminan con su sola presencia las noches y los lugares más oscuros.
Pasan desapercibidos en los momentos luminosos, pero resultan imprescindibles cuando se hace el sendero más duro.
La luz es inherente a su esencia y les acompaña en cada instante para ser faros en todos los espacios y tiempos del mundo.
Quizá tú seas uno de esos seres que alumbran con sólo estar, casi sin saberlo.
Piensa en todo el cariño y el amor que has regalado, en toda la ayuda que has ofrecido. Es tu luz que brilla, iluminando caminos.
Comentarios