Esta tarde he sentido pequeños regalos de lluvia en mi rostro, con la pureza de la brisa fresca acariciando y sanando heridas.
Un gris hermoso de nieblas ha cubierto con amor los campos para regar el renacimiento de vida.
Suelos convertidos en espejos donde se reflejan los rostros, las nubes y las hermosas encinas...
Vientos que susurran canciones desde lo alto para reconfortar tu alma y hacer feliz tu día...
Hoy ha regresado la magia de la preciosa luz plateada, inundando las montañas y llenando el mundo de armonía.
Gracias, mi querida lluvia.
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