El Amor no es débil ni sumiso, sino fuerte y poderoso desde lo más profundo.
La luz es penetrante y difumina las sombras a su paso, con su sola presencia.
La energía de la vida no retrocede... Avanza y evoluciona al ritmo de los latidos de corazones valientes.
El amor comprende y respeta, pero también pone límites y defiende la armonía y el equilibrio justo.
La vida se abre paso desechando lo caduco para que puedan volver a crecer las flores.
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