Cada vez que lo necesites desconecta del exterior y vuelve a tu centro para recuperar tu paz y tu armonía.
Relaja tu cuerpo y deja que tu mente descanse con momentos de quietud para regresar a tu ser en calma y alegría.
Busca actividades que despierten tu espíritu sin compromisos ni obligaciones, sólo por el placer de sentirte y disfrutar de ti mismo.
Desconecta del ruido y entra en el silencio de tu hogar interno, haciendo que tú seas tu mejor amigo, tu confidente y tu refugio.
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