Aunque mires el pasear de las nubes en lo alto, no olvides plantar con fuerza tus raíces en lo más profundo del suelo.
La tierra nutre, regenera, te llena de energía y te acoge con su amor de madre, abrazando todo tu ser, regalándote alegría y sanando todos tus miedos.
Observa plantas y árboles fuertes y llenos de vida plena, y sigue su precioso ejemplo de conexión, de renacimiento con todo lo bueno.
Siente tus pies arraigados a la tierra, caminando con firmeza en todos los caminos y lugares, mientas alzas tus manos al cielo.
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