Por un momento descansa y siéntate a la orilla de tu vida, observando las olas de tu propio mar.
Mira los movimientos que surgen en ti, con olas a veces bruscas y atrevidas, y muchas otras veces llenas de paz.
Siente y acéptalas.
Es el eterno fluir de la vida que también camina a través de ti... que siempre viene y va...
Piensa en los arroyos inquietos y en los lagos serenos, en cada uno de tus sentimientos... Y céntrate en ti mismo, en tu profundo amar.
Mira los días de sol y las tarde de lluvia... Los días de brisa suave y aquellos en los que se desata el huracán...
Agradece y respira cada momento y no te preocupes, amigo... porque todo siempre bien estará.
Todo cambia en tu vida cuando te propones aceptar.
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