Las primeras caricias del sol llegaron con una sutil e inesperada serenidad esta mañana.
Sentí suaves brillos y colores que mágicamente iluminaban mi pecho y me llenaban de una preciosa calma.
Era el susurro de una ilusión que anunciaba hermosos cambios llenos de amor y el comienzo de una vida nueva, llena de esperanza.
Los pájaros alegraba más que nunca con sus músicas el amanecer dorado que surgía en las montañas.
Era un renacer del cielo y de la tierra, que se pintaban de tonos multicolores danzando y pintando la existencia con la nueva realidad que brotaba desde el alba.
Esta mañana sentí que llegaba la vida tanto tiempo esperada.
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