Aunque en realidad nunca te has marchado, es bueno recordar la necesidad de volver a ti mismo, a tu esencia aparentemente perdida.
Quizá sea tiempo ya de parar, y preparar ese reencuentro con tu ser más íntimo y profundo, de volver a respirarte y sentirte.
Puede que escuches los mensajes sutiles de tu alma que te llama para regresar al hermoso ser luminoso que siempre has sido.
Conecta con tu "yo" verdadero, que se encuentra más allá de los pensamientos, de las emociones y de todo lo físico.
Sólo detente y siente, observando en dulce calma, sin pretender ni buscar nada.
Te guía el mágico milagro de tu espíritu que espera en el centro de tu corazón abierto.
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